Campañas 2006 - Riesgos en la infancia ocasionados por el aire contaminado por el humo del tabaco

 

¿POR QUÉ ABANDONAR EL TABACO?

El consumo de tabaco, además de los efectos adversos para la salud de la población fumadora, tiene efectos perjudiciales sobre quienes optan por no fumar pero comparten espacios con fumadores (“fumadores involuntarios”).

El humo de tabaco ambiental está compuesto por el humo exhalado por el fumador, el emitido por la combustión espontánea del cigarrillo, los contaminantes emitidos en el momento de fumar y los contaminantes que difunden a través del papel del cigarrillo entre las fumadas (caladas). Algunas de ellas son irritantes y al menos 60 son conocidas o existen fundadas sospechas de ser carcinógenas. La Agencia Internacional de Investigación del Cáncer de la Organización Mundial de la Salud (IARC) ha identificado de manera específica 69 agentes carcinógenos en el humo del tabaco, de ellos 11 son carcinógenos para los humanos, 7 lo son probablemente y 49 lo son para los animales, sin que esté probado en el caso de los humanos. La IARC y la Agencia de Protección ambiental de (EPA) USA han clasificado al humo ambiental del tabaco como “carcinógeno para los humanos” equiparándolo a otros carcinógenos como el asbesto, el arsénico, el benceno y el gas radón.

Entre estas sustancias carcinógenas del humo del tabaco se incluyen alquitranes, arsénico, cadmio, cloruro de vinilo, formaldehído, polonio 210, uretano. Entre las sustancias irritantes para los ojos y las vías respiratorias se incluye el amoníaco, acetona, acroleína, cloruro de hidrógeno, monóxido de carbono, metanol y tolueno.

Existen diferencias significativas entre las sustancias que el fumador inhala directamente y las inhaladas por las personas que sin fumar están en un ambiente contaminado con humo de tabaco (fumadores involuntarios). La combustión del tabaco es distinta al ser inhalado que al consumirse de forma espontánea, produciéndose en esta última forma mayor contenido de productos de desecho en partículas de menor tamaño, que flotan en el aire y pueden alcanzar partes más profundas del sistema bronco pulmonar, y en consecuencia ser más nocivas. Por ejemplo el cadmio, un reconocido carcinógeno pulmonar, se encuentra en concentraciones seis veces superiores en el humo inhalado por los fumadores involuntarios que en el inhalado directamente por los fumadores.

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