2. Temperaturas excesivas
Durante las últimas décadas ha aumentado el interés por los efectos del “Cambio Climático” que se ha materializado en la Convención Marco de las Naciones Unidas y en el Protocolo de Kyoto.
La contaminación ambiental y el incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero provocados por el ser humano podrían aumentar la frecuencia y la intensidad de los episodios de calor extremo.
Aunque no existe actualmente una definición consensuada a nivel
internacional de estos episodios, se acepta normalmente que este fenómeno viene
asociado a temperaturas máximas y mínimas anormalmente altas respecto a la
época considerada, y a su persistencia en el tiempo.
En España existe una importante variabilidad geográfica que es necesario tener
en cuenta a la hora de aplicar las medidas de prevención. Sin embargo, todavía
existe una cierta incertidumbre sobre las temperaturas umbrales a considerar
como temperaturas de referencia en relación con este fenómeno.
El criterio asumido por este Plan es que el establecimiento de las temperaturas
umbrales y la asignación de niveles de temperaturas excesivas, son los
elementos básicos para la caracterización del fenómeno de temperaturas
excesivas, y ambos elementos han sido establecidos conjuntamente y de forma
flexible, por el Ministerio de Sanidad y Consumo y el Instituto Nacional de
Meteorología (Ministerio de Medio Ambiente), teniendo en cuenta las
observaciones formuladas por las Comunidades Autónomas.
Según las previsiones para el período 1950-2100 realizadas por el IPCC
(Intergovernmental Panel on Climate Change) se producirán cambios climáticos,
entre los que destacan los siguientes.
- Temperaturas máximas y mínimas más elevadas.
- Más días de intenso calor y menos días helados en la mayoría de las regiones continentales.
La posibilidad de que se vuelvan repetir veranos excesivamente calurosos en cualquier país europeo es verosímil. Esta sola razón ya justifica por sí misma la continuidad del Plan.
2. 1 Efectos sobre la salud
La exposición humana a temperaturas ambientales elevadas puede provocar una
respuesta insuficiente del sistema termorregulador. El calor excesivo puede
alterar nuestras funciones vitales si el cuerpo humano no es capaz de compensar
las variaciones de la temperatura corporal.
Una temperatura muy elevada produce pérdida de agua y electrolitos que son
necesarios para el normal funcionamiento de los distintos órganos.
En algunas personas con determinadas enfermedades crónicas, sometidas a ciertos
tratamientos médicos y con discapacidades que limitan su autonomía, estos
mecanismos de termorregulación pueden verse descompensados.
La exposición a temperaturas excesivas puede provocar problemas de salud
como calambres, deshidratación, insolación, golpe de calor (con problemas
multiorgánicos que pueden incluir síntomas tales como inestabilidad en la
marcha, convulsiones e incluso coma). La única rúbrica identificada como causa
de mortalidad directa por exceso de temperatura ambiental en la Clasificación
Internacional de Enfermedades y Causas de Muerte, 10ª revisión, es “X 30:
Exposición al calor natural excesivo“.
El impacto de la exposición al calor excesivo está determinado por el
envejecimiento fisiológico y las enfermedades subyacentes. Normalmente un
individuo sano tolera una variación de su temperatura interna de
aproximadamente 3ºC sin que sus condiciones físicas y mentales se alteren de
forma importante. A partir de 37ºC se produce una reacción fisiológica de
defensa.
Las personas mayores y los niños muy pequeños son más sensibles a estos cambios
de temperatura
2.2 Impacto sobre la Mortalidad
El exceso de mortalidad se ha asociado a períodos de 3 o más días consecutivos de temperaturas altas y no habituales, y sus efectos se pueden observar durante los citados períodos o con un retraso de hasta tres días.
2.3 Factores de riesgo
Los principales factores de riesgo asociados con la exposición a olas de calor son:
Factores personales
- Personas mayores, especialmente en el grupo de edad mayor de 65 años.
- Lactantes y menores de 4 años.
- Enfermedades cardiovasculares, respiratorias y mentales (Demencias, Parkinson).
- Enfermedades crónicas (diabetes mellitus), obesidad excesiva.
- Ciertos tratamientos médicos (diuréticos, neurolépticos, anticolinérgicos y tranquilizantes).
- Trastornos de la memoria, dificultades de comprensión o de orientación o poca autonomía en la vida cotidiana.
- Dificultades en la adaptación al calor.
- Enfermedades agudas durante los episodios de temperaturas excesivas.
- Consumo de alcohol y otras drogas.
Factores ambientales, laborales o sociales
- Personas que viven solas, en la calle y/o en condiciones sociales y económicas desfavorables.
- Ausencia de climatización y viviendas difíciles de refrigerar.
- Exposición excesiva al calor por razones laborales (trabajo manual en el exterior o que exigen un elevado contacto con ambientes calurosos), deportivas (deportes de gran intensidad física) o de ocio.
- Contaminación ambiental.
- Ambiente muy urbanizado.
- Exposición continuada durante varios días a elevadas temperaturas que se mantienen por la noche.
Factores locales
Si bien los mecanismos anteriores actúan de forma general, los factores
locales juegan un papel decisivo, ya que condicionan la temperatura de confort,
las temperaturas umbrales a considerar y la asociación temperatura-mortalidad,
es decir la magnitud del impacto.
Los principales factores locales son:
- La demografía, que determina la composición de la pirámide de población, y por tanto, la importancia de los grupos susceptibles.
- La climatología, en la medida que los individuos se adaptan al clima local. Ello explica que el efecto de los extremos térmicos no dependa de valores absolutos, sino de que nos encontremos, o no, dentro del intervalo de normalidad de las temperaturas en un cierto lugar.
- El equipamiento doméstico y el nivel de renta, de los cuales depende la capacidad de las familias para afrontar situaciones de temperaturas excesivas.
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