El consumo cero es cosa de muchos
Un embarazo no supone un trastorno ni una alteración en la vida de una mujer y no es incompatible, salvo en el caso de un embarazo de riesgo así considerado por un facultativo, con la mayoría de actividades familiares, sociales y laborales que realiza cualquier mujer que no esté embarazada. Sin embargo, es difícil modificar ciertos hábitos adquiridos anteriormente a la gestación que pueden resultar no saludables durante el embarazo por las consecuencias que conllevan para el desarrollo del bebé (consumo de tabaco o alcohol, dieta poco equilibrada, vida sedentaria, etc.).
Muchas mujeres embarazadas realizan un esfuerzo en este sentido y soportan una carga de responsabilidad adicional con respecto al desarrollo óptimo del hijo/hija que esperan. Esta responsabilidad debe ser compartida por todas las personas que forman parte de su entorno. En esta tarea resulta fundamental el apoyo y la solidaridad de su pareja, de los miembros de la familia, de los amigos y de sus compañeros y compañeras de trabajo que deben apoyar el mantenimiento de los hábitos saludables de la mujer durante todo el embarazo y la lactancia, así como favorecer, frente a opciones no saludables, la elección de alternativas de buenos hábitos.