Campañas 2006 - Riesgos en la infancia ocasionados por el aire contaminado por el humo del tabaco
PROTEGER LA SALUD
Para hacer frente a los riesgos derivados del humo de tabaco en el ambiente, se recomienda la reducción significativa de “la concentración de todos los contaminantes conocidos como peligrosos hasta un nivel aceptable”. Entre la totalidad de Instituciones Sanitarias competentes en la materia, existe unánime consenso sobre la necesidad de protección completa de la exposición al aire contaminado por el humo del tabaco (ACHT). Potencialmente existen dos formas de reducir la exposición al ACHT: los sistemas de ventilación potentes o el desarrollo de medidas legislativas.
- Los actuales sistemas de ventilación son ineficaces frente a muchos componentes del ACHT, dado que si bien retiran eficazmente las partículas de los componentes del tabaco en suspensión, no consiguen eliminar los gases contaminantes. Por tanto, a pesar de que existen algunos sectores industriales que proponen el desarrollo de sistemas de ventilación, como medida eficaz para limpiar el ACHT en locales cerrados, no es opción con base científica aceptable (Ontario Tobacco Research Unit, 2001; Health and Safety Authority, 2004).
- En este marco, la legislación protectora frente al ACHT y el desarrollo de un reglamento que facilite y asegure su cumplimiento, son las únicas medidas disponibles para conseguir una protección eficaz de la población en los lugares públicos cerrados, y en particular en los laborales. Los llamados “acuerdos voluntarios” para regular el consumo de tabaco en empresas, no se han mostrado eficaces como medidas de protección frente al ACHT (Repace, 2000; Health and Safety Authority, 2004).
ESPECIAL PROTECCIÓN DE LOS MENORES : población infantil, adolescente y joven, en situaciones habituales donde respiran el humo del tabaco:
- Padres y madres en el hogar, celebraciones familiares, etc. la importancia del papel modélico y su influencia en el inicio.
- Mujeres embarazadas. Es recomendable no fumar durante el embarazo y no compartir espacios con humo ambiental del tabaco, por las repercusiones en la salud del feto y de la madre.
- Centros sanitarios y docentes. El objetivo de estos centros y el papel modélico de los profesionales sanitarios y docentes, como adultos formados y observados de referencia, suponen una influencia en el conjunto de la sociedad.
- Personajes públicos y líderes sociales. Tienen una influencia social, especialmente en los niños, adolescentes y jóvenes, como pone de manifiesto su utilización en spots publicitarios destinados a este sector de población. Los representantes políticos tienen un papel de responsabilidad de sus actos ante la sociedad.
- En espacios comunes: Centros sociales y de ocio, discotecas para menores, oficinas con atención al público, centros administrativos, etc. Se han de mantener un ambiente libre de humo de tabaco, lo que supone un beneficio para todos.
- En restaurantes y bares. Un ambiente contaminado por el humo ambiental del tabaco son numerosos los problemas que ocasiona a la infancia y adolescencia , no sólo en cuanto a la salud, también en cuanto a aspectos relacionados con facilitar el inicio, contemplar a sus mayores fumando, como situación de normalidad, de compartir y disfrutar.
Lo normal es no fumar . (Programa para dejar de fumar)
Se debe hacer frente a las múltiples y diversas estrategias que la industria tabaquera ha diseñado para conseguir que el consumo de tabaco alcance niveles muy altos de aceptación social.
- “Derecho a la libertad de fumar”. Los derechos de los españoles se encuentran recogidos en la Constitución, como el derecho a la salud. Fumar no es un derecho, es un acto, que en general no se hace en libertad, puesto que se comienza a fumar en la adolescencia (antes de que se puedan conocer los riesgos de fumar) y se continúa con la dependencia tabáquica por el alto efecto adictivo de la nicotina.
- “Hay que ser tolerantes”. Esta frase se extendió intencionadamente para acallar cualquier intento de defensa del derecho a la salud, para neutralizar toda discrepancia con el uso del tabaco. Siempre ha sido empleada para imponer el humo del tabaco a la población no fumadora.
- “No se ha demostrado que respirar aire con humo de tabaco desarrolle enfermedades”. Todas las organizaciones médicas y científicas incluyendo la OMS han concluido que respirar aire contaminado por el humo del tabaco causa graves enfermedades y muerte a la población no fumadora.
- “Los fumadores no somos apestados”. La Ley protege la salud de toda la población y además, para la población fumadora establece medidas de ayuda para el abandono de su dependencia. La lucha es frente al tabaco, como producto de consumo que mata con su uso.
- “El Gobierno no tiene porqué regular el consumo de tabaco”. El Gobierno tiene la responsabilidad y la obligación de proteger la salud y seguridad públicas, tal y como obliga al uso del cinturón en los vehículos, máxime en el caso de tabaco, cuando su uso afecta a la salud no sólo a la salud de la persona que fuma.
- “El Estado ingresa mucho dinero con los impuestos del tabaco”. Los impuestos sobre el tabaco no llegan ni de cerca de pagar el daño causado por su uso. El gasto sanitario debido a las enfermedades que ocasiona es mucho mas elevado, sin mencionar los costes y perjuicios personales, familiares, sociales y de años de vida perdidos.
- “En España siempre copiamos lo de fuera”. No se trata de una moda importada. El Convenio Marco para el Control del Tabaco de la OMS es un movimiento mundial para hacer frente común a esta epidemia silenciosa llamada tabaquismo y las Directivas de la Unión Europea son de obligado cumplimiento.
Estos argumentos lanzados en su día por la industria tabaquera han sido asumidos en gran medida por la propia población fumadora para imponer su dependencia (que llaman libertad de fumar) al derecho a la salud de la población, máxime en el caso de los menores que se ven sometidos al humo ambiental del tabaco y a la influencia de ver fumar con normalidad a los adultos que les rodean. Se debe avanzar hacia una sociedad libre de tabaco donde la norma social sea no fumar, y fumar un acto (no es un derecho) particular, privado.
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