Preguntas frecuentes
El cérvix o cuello uterino es la parte inferior del útero o matriz, que asoma en el fondo de la vagina.
El cáncer de cérvix es un tumor de crecimiento lento. Antes de que aparezca, las células del cuello uterino muestran cambios en forma de lesiones premalignas facilitando una detección y tratamiento precoz.
En España la incidencia de cáncer de cérvix se sitúa por debajo de la media de la Unión Europea, representando el 4º cáncer más frecuente en mujeres de 15 a 44 años.
El virus del papiloma humano o VPH es el responsable de la mayoría de los casos de cáncer de cuello de útero.
No todos los VPH pueden ocasionar cáncer de cuello de útero. Los VPH de alto riesgo (VPH-AR) son los que están implicados en el desarrollo de lesiones premalignas y cáncer.
La infección por el virus del papiloma humano es la infección de transmisión sexual (ITS) más frecuente. El VPH se transmite a través de las relaciones sexuales vaginales, anales y orales, pero también por el contacto genital piel con piel, e infecta tanto a hombres como a mujeres.
La infección por VPH es muy frecuente pero la mayoría de las veces desaparece espontáneamente, y no da síntomas, incluso cuando la infección sea por un VPH de alto riesgo.
Solo cuando la infección persiste en el tiempo se pueden producir cambios en las células del cuello del útero desarrollando lesiones premalignas que podrían evolucionar a cáncer.
Generalmente no es posible saber exactamente cuándo se produjo el contacto con el VPH, ya que se puede adquirir la infección mucho tiempo antes de detectarse.
El 90% de las infecciones por VPH se eliminan de manera espontánea, gracias al sistema inmune de la persona infectada. Por ello, es muy importante tener una vida sana con una dieta equilibrada, ejercicio físico y no fumar.
El consumo de tabaco disminuye la capacidad del sistema inmune para eliminar la infección, favoreciendo su persistencia.
No hay un tratamiento específico antivírico para el VPH, pero sí existen tratamientos para las lesiones que produce y, así poder evitar que estas lesiones puedan evolucionar a un cáncer.
Sigue existiendo riesgo de una nueva infección por VPH y/o de una posible reactivación de los VPH adquiridos previamente, que podrían estar en estado latente.
Puede ocurrir sangrado entre ciclos menstruales, después de las relaciones sexuales o tras la menopausia, secreciones vaginales anómalas o dolor al mantener relaciones sexuales.
Los estadios iniciales de cáncer de cuello uterino no suelen presentar síntomas.
El cáncer de cérvix se puede prevenir mediante:
- La vacunación frente al VPH: protege de forma eficaz frente a los principales tipos de VPH que causan las lesiones premalignas y malignas de cérvix.
- La participación en el programa de cribado de cáncer de cérvix: detecta y previene de manera precoz el cáncer de cérvix a través de la realización periódica de una citología o de la prueba de detección del VPH, en función de la edad de la mujer.
El uso correcto del preservativo reduce el riesgo de transmisión de la infección por VPH, pero no lo elimina. No puede ofrecer una protección total porque el virus puede afectar a zonas no cubiertas por él.
Detectar de manera precoz lesiones premalignas asintomáticas cuyo diagnóstico y tratamiento evita su progresión a cáncer y el cáncer en sus fases iniciales.
El programa de cribado de cáncer de cérvix ha demostrado claramente su eficacia.
El programa va dirigido a las mujeres con cuello de útero y edades comprendidas entre los 25 y los 65 años.
En caso de vacunación completa frente a VPH también está indicada la participación en el programa de cribado de cáncer de cérvix, ya que, aunque la vacuna es muy eficaz no protege frente a todos los tipos de VPH.
Se realizan dos pruebas distintas según la edad:
- Entre 25 y 34 años, se realiza una citología cada 3 años.
- Entre 35 y 65 años, se realiza una determinación del virus del papiloma humano cada 5 años.
La citología cervical consiste en recoger una muestra de las células que recubren el cérvix o cuello uterino mediante una espátula o un cepillo, para posteriormente analizarla. El análisis de esta muestra permite detectar alteraciones en las células del cuello del útero sugerentes de lesiones premalignas o cáncer.
Es una prueba sencilla y generalmente indolora que precisa de la colocación de un instrumento llamado espéculo en la vagina para poder visualizar el cuello uterino y recoger la muestra.
La prueba de determinación de VPH se realiza de manera similar a la citología.
Las pruebas del VPH pueden detectar la presencia del virus, esté activo o no, o detectar actividad viral, que informa si el virus está activo y se está replicando. Para realizar estas pruebas de VPH a veces se puede utilizar la misma muestra de la citología o, en ocasiones, ser realizada por la propia mujer en su domicilio mediante una auto-toma de muestra a través de un dispositivo destinado a tal fin.
Hay que tener en cuenta que no podrá realizarse la prueba si existe menstruación o sangrado, si se han usado óvulos o cremas vaginales, o se han mantenido relaciones sexuales en las 24 horas anteriores.
En la mayoría de los casos el resultado de la prueba de cribado cervical será normal debiendo continuar participando en el programa, con cribado rutinario, acudiendo en el plazo que se indique (de 3 a 5 años según rango de edad).
En los casos en que se detecten alteraciones en la citología o presencia del VPH será preciso realizar un estudio complementario.
En ocasiones el resultado es no valorable, lo que indica que no se ha podido realizar el análisis. En este caso será necesario repetir la prueba.
La citología y la prueba del VPH indican qué personas tienen un riesgo más alto de tener una lesión en el cuello del útero, en cuyo caso, para su diagnóstico sería necesario realizar una colposcopia, y una biopsia si se considera indicada.
La colposcopia permite visualizar el cuello del útero de forma ampliada mediante una lente llamada colposcopio. Precisa de la colocación de un instrumento llamado espéculo en la vagina para poder visualizar el cuello uterino.
Tras aplicar unas sustancias en el cuello del útero, se puede ver si hay alguna zona alterada. Si es así se hará una biopsia de esa zona, que consiste en la toma de una pequeña muestra de tejido que se enviará para estudio.
La colposcopia no es una prueba dolorosa, pero si se realiza una biopsia se puede sentir cierta molestia.
Última actualización: 28/05/2024
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